Haz que el tiempo que pasas en la cama sea tu sueño de belleza y regálate 7 u 8 horas por noche. Dormirás mejor si has cenado y tu último café fue hasta 2-3 horas antes de acostarte. Ten cuidado con el aire de la calefacción: ¡reseca tu piel!
La clave del éxito no sólo está en los ingredientes, sino también en la diferente consistencia de las cremas de día, de noche y para los ojos. La crema de día adecuada es ligera, se absorbe rápidamente y da al cutis un aspecto mate. Por eso es la base perfecta para el maquillaje. En cambio, la crema facial de noche es más rica y viscosa, permanece en la piel durante más tiempo y, por tanto, actúa durante toda la noche. La zona sensible de los ojos se hidrata con una textura ligera. Asegúrate de que tu crema para el contorno de ojos se absorbe rápidamente y es también intensamente hidratante.