Aunque en apariencia pueden parecer similares, las marcas y las cicatrices de acné son muy diferentes.
Las marcas de acné, también conocidas como hiperpigmentación postinflamatoria, son manchas que aparecen después de que una lesión de acné ha sanado. Son planas, suelen verse rojas o marrones, y son producto del aumento en la producción de melanina en la zona afectada. Se forman como parte de la respuesta natural del cuerpo frente a la inflamación, y normalmente se desvanecen con el tiempo a medida que la piel se renueva.
En cambio, las cicatrices de acné —a veces llamadas cicatrices por granos— son el resultado de cambios permanentes en la textura y el aspecto de la piel. Existen varios tipos, y suelen aparecer cuando el cuerpo intenta sanar tras lesiones de acné más intensas. A diferencia de las marcas, que son lisas y pigmentadas, las cicatrices tienen una textura irregular y crean hundimientos visibles en la superficie de la piel.
Estas cicatrices se deben a alteraciones en la estructura del colágeno, por lo que mejorar su apariencia puede ser más complicado. Además, el grado de dificultad depende del tipo específico de cicatriz que se haya formado.