Si tu piel se vuelve seca de repente, debes revisar qué lo está provocando, quizá un cambio de ambiente, alguna actividad que esté fomentando la sequedad como nadar en piscina o el uso de algún gel de ducha que esté secando tu piel.
O quizá alguna enfermedad o tratamiento médico. Si encontraste el factor responsable de que tu piel esté seca, corrígelo en la medida de lo posible, pero si no lo localizaste y el malestar persiste, lo mejor es consultar a un dermatólogo.
¿Cómo cuidar la piel seca?
Para humectar y suavizar la piel se necesitan cuidados desde el interior y exterior. Hacia el interior presta atención a:
- Mantener una dieta sana y equilibrada para fortalecer el órgano más grande del cuerpo: la piel
- Beber al menos dos litros de agua al día
- Comer frutos secos porque contienen grasas saludables, minerales y vitaminas, ¡además son una riquísima fuente de energía!
Por fuera no descuides:
- Elegir productos de higiene personal que no sean agresivos para la piel, como detergentes. Lo mejor es optar por una leche, crema, bálsamo, pomada o aceite para piel seca que brinde un cuidado intensivo, estos evitarán la tirantez y ayudarán a prevenir la deshidratación
- Evita los ambientes demasiado calurosos y cerrados
- No uses geles de ducha que hagan mucha espuma porque resecan y destruyen las barreras protectoras naturales de la piel
- Importante: nutre la piel de rostro y cuerpo con productos específicamente formulados para piel seca
Una piel deshidratada necesita constancia, por ello, elige una crema que la ayude a verse y sentirse mejor. Recompensa tu piel con las opciones que NIVEA te ofrece y experimenta una piel suave e hidratada.